Durante los últimos 35 años he estado inmerso en una experiencia religiosa. Esto ha resultado en la recepción de un vasto cuerpo de escritos sobre la naturaleza de la espiritualidad humana y el destino humano en el panorama mayor de la vida inteligente en el universo.
Estos escritos, incluidos en la Enseñanza del Nuevo Mensaje, contienen un marco teológico que da cuenta de la vida y la presencia de Dios en la “Comunidad Mayor”, la vasta extensión de espacio y tiempo que conocemos como nuestro universo. La cosmología que he estado recibiendo contiene muchos mensajes, uno de los cuales es que la humanidad está emergiendo a una Comunidad Mayor de vida inteligente y nos tenemos que preparar para ello. Inherente al mensaje está la comprensión de que la humanidad no está sola en el universo, ni siquiera en su propio planeta, y que dentro de esta Comunidad Mayor la humanidad tendrá amigos, competidores y adversarios.

Esta realidad mayor fue confirmada dramáticamente por la transmisión súbita e inesperada del primer conjunto de Discursos de los Aliados de la Humanidad en 1997. Tres años antes, en 1994, había recibido el marco teológico para comprender los Discursos de los Aliados en mi libro Espiritualidad de la Comunidad Mayor—Una Nueva Revelación.

Marshall Vian Summers

En este momento, como resultado de mi trabajo y mis escrituras espirituales, se me hizo patente que la humanidad tiene aliados en el universo que están preocupados por el bienestar y la libertad futura de nuestra raza. Dentro de la cosmología creciente que me ha sido revelada está el entendimiento de que, en la historia de la vida inteligente en el universo, las razas éticamente avanzadas tienen la obligación de legar su sabiduría a las razas jóvenes y emergentes como la nuestra, y que este legado debe darse sin interferencia o intervención directa en sus asuntos. La intención aquí es informar, no interferir.

Esta “transmisión de sabiduría” representa un marco ético muy antiguo sobre el Contacto con razas emergentes y sobre cómo debería llevarse a cabo. Las cuatro series de Discursos de los Aliados de la Humanidad son una demostración clara de este modelo de no interferencia y Contacto ético. Este modelo debería ser una guía y un estándar de lo que debiéramos esperar de otras razas en sus intentos de contactar con nosotros o visitar nuestro mundo. Así, esta demostración de Contacto ético contrasta marcadamente con la Intervención que está ocurriendo hoy en el mundo.

Nos estamos poniendo en una posición de extrema vulnerabilidad. Con la amenaza del agotamiento de recursos, la degradación medioambiental y el riesgo de una creciente fractura de la familia humana aumentando con cada día que pasa, la humanidad está madura para una Intervención.

Nos estamos poniendo en una posición de extrema vulnerabilidad. Con la amenaza del agotamiento de recursos, la degradación medioambiental y el riesgo de una creciente fractura de la familia humana aumentando con cada día que pasa, la humanidad está madura para una Intervención. Vivimos en aparente aislamiento en un mundo rico y valioso que está siendo buscado por otros de más allá de nuestras fronteras. Estamos distraídos y divididos y no vemos el gran peligro que está interviniendo en nuestras fronteras. Es un fenómeno que la historia ha repetido una y otra vez en lo que concierne al destino de las gentes nativas aisladas que estaban enfrentándose a la intervención por primera vez. No somos realistas en nuestras suposiciones sobre los poderes y la benignidad de la vida inteligente en el universo. Y solo ahora estamos empezando a tomar consciencia de las condiciones que hemos creado para nosotros mismos en nuestro mundo.

La verdad impopular es que la familia humana no está preparada para una experiencia directa de Contacto, y ciertamente tampoco para una intervención. Primero debemos poner nuestra propia casa en orden. No tenemos aún la madurez como especie para involucrarnos con otras razas en la Comunidad Mayor desde una postura de unidad, fortaleza y discernimiento. Y hasta que podamos alcanzar tal posición, si es que alguna vez podemos, ninguna raza debería intentar intervenir directamente en nuestro mundo. Los Aliados están proporcionándonos una sabiduría y una perspectiva que son muy necesarias, pero ellos no están interviniendo. Ellos nos dicen que nuestro destino está, y debería estar, en nuestras propias manos. Tal es la carga de la libertad en el universo.

Sin embargo, la Intervención está ocurriendo a pesar de nuestra falta de preparación. La humanidad debe ahora prepararse para esto, que es el umbral con más consecuencias en la historia de la humanidad. Más que ser únicamente testigos fortuitos de este fenómeno, estamos en el mismo centro de él. Está ocurriendo, seamos o no conscientes de ello. Tiene el poder de cambiar el devenir de la humanidad. Y tiene una total relación con quiénes somos y por qué estamos aquí en el mundo en este momento.

El Nuevo Mensaje ha sido dado para proveer tanto las enseñanzas como la preparación que ahora necesitamos para afrontar este gran umbral, renovar el espíritu humano y establecer un nuevo curso para la familia humana. Este Camino habla a la necesidad urgente de unión y cooperación humanas, a la primacía del Conocimiento —nuestra inteligencia espiritual— y a las responsabilidades mayores que debemos asumir ahora en el umbral del espacio. Representa un Nuevo Mensaje del Creador de toda vida.

Mi misión es llevar esta cosmología y esta preparación mayores al mundo, y con ellas una nueva esperanza y promesa para una humanidad en apuros. Mi larga preparación y la inmensa enseñanza del Nuevo Mensaje están aquí con este fin. Los Discursos de los Aliados de la Humanidad no son sino una pequeña parte de este gran mensaje. Ahora es tiempo de terminar nuestros conflictos incesantes y prepararnos para la vida en la Comunidad Mayor. Para hacerlo, necesitamos una comprensión nueva de nosotros mismos como una sola gente —la gente nativa de este mundo, nacida de una única espiritualidad— y de nuestra posición vulnerable como una raza joven y emergente en el universo. Este es mi mensaje para la humanidad y es para esto que he venido.

 

Marshall Vian Summers

marshallsummers.com